Ruta desde Franz Josef a Wanaka
En nuestro road trip por Nueva Zelanda, teníamos un día planificado para recorrer parte de la costa oeste de la isla sur, más específicamente la ruta desde Franz Josef a Wanaka, bueno en realidad hasta el lago Hawea que era donde íbamos a dormir. Habíamos marcado todo lo que queríamos ver, había glaciares, lagos, cascada, playa, la ruta lo tenia todo, pero en medio del camino ocurrió algo que nos complicó un poco, ¡un poco mucho!. En este post te contamos toda nuestra experiencia, y tal vez les sirva para evitar que les ocurra lo mismo.
La ruta desde Franz Josef a Wanaka planificada
El día anterior viajamos desde Picton hasta el pueblo de Franz Josef. La idea fue pasar la noche allí para poder despertarnos temprano al día siguiente, ya que teníamos que recorrer 285 km en los cuales teníamos planeadas muchas paradas.
Comenzaríamos el día visitando el glaciar Franz Josef, o lo que queda de él, y terminaríamos en el camping que se encuentra en el hermoso lago Hawea, a pocos kilómetros de Wanaka, nuestro próximo destino al día siguiente.
En el camino teníamos la intención de visitar o ver: el lago Matheson, el glaciar Fox, Ship Creek, Thunder Creek Falls, Fantail Falls, Haast Pass Lookout, Blue Pools, y también estábamos abiertos a hacer otras paradas, ya que las rutas de Nueva Zelanda tienen esa particularidad: cada pocos kilómetros hay algo para ver, y en nuestra experiencia, a veces lo que uno no tiene planeado es lo que termina sorprendiéndonos.
La parte buena del viaje
El día no comenzó bien, estaba nublado y lloviznaba de vez en cuando. Fuimos a nuestra primera parada, el glaciar Franz Josef, y sinceramente, no nos gustó para nada. En comparación con otros glaciares que hemos visto, la verdad es que no queda mucho de él.
Después de eso, decidimos omitir la visita al glaciar Fox, ya que supusimos que sería similar. En su lugar, nos dirigimos al lago Matheson, y aunque el clima no mejoró y no pudimos ver el lago en todo su esplendor, realmente nos encantó.
Al salir de allí, continuamos en ruta hacia el siguiente lugar, y aquí es donde las carreteras de Nueva Zelanda a menudo sorprenden con cosas inesperadas. El sol comenzó a abrirse paso entre las nubes y dejamos atrás el mal tiempo cuando vimos un cartel que indicaba «Playa Maorí a 500 metros». Pensamos que, ya que el sol había salido, ¿por qué no pasar un rato en la playa? La decisión no podría haber sido mejor; la playa era increíble, muy salvaje, con el mar de un lado y el bosque y las montañas del otro.
Después de pasar un rato en la playa, era hora de continuar nuestro camino, ya que aún había mucho por ver. Ship Creek fue otra playa que nos gustó mucho, y el sol brillaba radiante. La carretera nos sonreía hasta que llegamos a Haast.
El problema
Llegamos a Haast y nos encontramos con que el camino estaba cortado; había una fila de conos que bloqueaban el paso y un camión atravesado. Nos bajamos y le preguntamos a la persona que se encontraba allí cuál era el problema. Él nos comentó que en los días previos hubo fuertes lluvias e inundaciones. Esto hizo que algunos ríos sobrepasaran el nivel de los puentes y caminos, los cuales quedaron llenos de barro y piedras. Además, nos comentó que estimaba que tomaría al menos 1 o 2 días más para que limpiaran todo, por lo que continuar por ese camino no era una opción.
Al preguntarle al señor si existía algún camino alternativo, nos dimos cuenta de que estábamos en graves problemas. Resultó que por esa costa de la isla sur no hay otra ruta; para llegar al lago Hawea y continuar como teníamos planeado, tendríamos que conducir durante 11 horas en vez de las 2 horas que nos quedaban.
Cambiar los planes para los próximos días no era una posibilidad, ya que estábamos muy ajustados de tiempo. Así que no nos quedó otra opción, afortunadamente, ambos conducimos.
Las horas de ruta extras
Rápidamente ideamos un plan, no teníamos tiempo que perder, y nuestras alternativas eran limitadas. Yo continuaría conduciendo, mientras que Luciana, que se duerme con mayor facilidad, tomaría una siesta para estar lista cuando yo me sintiera cansado.
Recorrimos nuevamente todo lo que habíamos visto hasta llegar a Kumara Junction, a unos 300 km. Allí cambiamos de conductor y tomamos el desvío hacia el Paso de Arthur, un paso de montaña que, por lo que vimos, lo recomendamos si están planeando un road trip.
Mientras debatíamos si seguir adelante o detenernos en algún lugar, ya que Google Maps nos advertía de que el camino del otro lado podría estar cerrado por la misma razón, cayó la noche y comenzó a nevar. Todavía nos quedaban 7 horas de viaje, y si lo pensamos bien, deberíamos haber parado, pero decidimos continuar.
Finalmente, llegamos a un lugar llamado Geraldine, donde nos detuvimos en una estación de servicio para cargar combustible antes de que se cerraran, ya que muchas estaciones en Nueva Zelanda cierran por la noche. Le preguntamos al amable hombre que nos atendió si sabía si podíamos continuar, y el señor verificó en un sitio web del gobierno neozelandés que informa sobre el estado de las carreteras en Nueva Zelanda. ¡Deberíamos haber conocido esta web antes!
Afortunadamente, nos dio buenas noticias, lo que nos motivó para recorrer los 300 km restantes. Nos esforzamos al máximo, nos turnamos varias veces al volante, y finalmente llegamos a nuestro destino final original, casi 12 horas después. El lago donde planeábamos disfrutar la tarde, el lago Hawea, solo lo conocimos a la mañana siguiente. Resultó ser muy hermoso. ¡Anotenlo! Y esperamos que en su road trip todo salga de acuerdo a lo planeado.